-Somos humanos, nos equivocamos, siempre puede irsenos la mano alguna vez, todos merecemos otra oportunidad y además le quiero.- Se decía mientras limpiaba los restos del jarrón roto y recogía las viejas rosas, ponía en otro jarrón el nuevo ramo, se sostenía el hielo en los moratones de la cara e intentaba recordar donde estaban los analgésicos. Pero el dolor no se le fue nunca.
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