jueves, 17 de noviembre de 2016

El candidato improcedente

Elisa trabajaba en recursos humanos para una gran empresa desde hace años. No era un trabajo sencillo, puesto que a veces la resultaba complicado elegir de entre tantas personas cualificadas. Una hora antes en el ascensor de la empresa, Elisa subía junto con una persona que hablaba al móvil.
–…Chico, tú insiste, que las mujeres son como baldosas; si las pegas bien, puedes pisarlas durante años.
De todos los candidatos que Elisa pudo entrevistar, hubo uno que nunca olvidará, por lo fácil que fue desestimarlo.
–Lo siento, pero no está capacitado para este puesto.
–¿Cómo dice? ¡Pero si soy el sobrino del director!
–Entonces subiré, para hablarle sobre sus dotes de albañilería. La puerta está allí —dijo Elisa señalando.

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