viernes, 18 de noviembre de 2016

El aroma del algodón de azúcar


Suena el despertador. Alargo la mano para acallar ese incesante y estridente sonido. Intento no hacer ruido para no despertar a mi pareja, le espera un día duro en el trabajo. Me levanto con pereza. Despierto a Luna con un beso, le dejo la ropita sobre la cama. Mientras le preparo el desayuno, meto un zumo y un bollo en su pequeña mochila. Ella desayuna feliz, yo me visto.
  • ¡Luna no te hagas la remolona que llegamos tarde al cole¡
  • Vale, ya termino. ¡Ah¡, espera un segundo papá que voy a darle un beso a mamá antes de irnos.

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