viernes, 18 de noviembre de 2016

Cobardes

No te creas que puedes engañarme. He crecido a la luz de tu sonrisa y sé leer el brillo de tus ojos.
A mí no puedes confundirme así, con una escusa torpe y maquillaje sobre la amarga sombra de sus golpes.
Para esquivar el tema, me hablarás del tiempo que se escapa, de tus niños, del precio de la vida... mientras tus ojos gritan sin palabras.
No sé cómo ayudarte.
Quiero decirte que no se puede amar sintiendo miedo, que no debemos nunca ser cobardes… 
Y antes de terminar, en el silencio, te veré marchar, sin mirar hacia atrás, como haces siempre, cruzando como un sueño por mi calle.

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