Los gritos han terminado, pero el pequeño no se atreve a salir. Agazapado en un rincón de su dormitorio, cierra fuerte los ojos y con sus manos diminutas se tapa los oídos mientras canta bajito: «Hay un amigo en mí, hay un amigo...» le gusta la canción de Toy story. Mamá le ha dicho que es un juego, que se esconda en su habitación y cante los días que papá llega a casa nervioso y se enfada. Oye un portazo, papá se ha ido. Mamá está en el salón, tiene sangre en la cara. «¡Mami!, ¡mami!» Ella sonríe entre lágrimas. «Mañana nos vamos muy lejos, será nuestro secreto». El le abraza y canta bajito: «Hay un amigo... »
No hay comentarios:
Publicar un comentario