miércoles, 18 de noviembre de 2015

BAJO FUEGO

Intentó recuperar el ánimo dejándose acariciar por el sol, regando las flores, escuchando conversaciones lejanas; pero se pasó la mayor parte del día completamente ausente, con los brazos caídos y la mirada perdida, presente y lejana, observando la propia vida desde cierta distancia, como si ya no fuera la propietaria de aquel cuerpo al que tanto se parecía, pero en el que ya no era capaz de reconocerse cuando lo observaba. Se acercó al espejo con lágrimas en los ojos. No podía soportar el olor de aquel hombre sobre su cuerpo. Los brazos le dolían, tenía las piernas llenas de moratones. La mujer que la miraba tenía sus ojos verdes, ¡tan tristes!, su pelo castaño y ondulado,… ¿dónde estaba ella?

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